Biodigestión: el proceso biológico que convierte los residuos orgánicos en energía limpia

  • Dependiendo de las necesidades, el biogás que resulta de la biodigestión puede utilizarse para cocción de alimentos, combustible de motores, refrigeración, calefacción, generación  de vapor o generación eléctrica.
  •  El Programa Reciclo Orgánicos, está apoyando proyectos de biodigestión para reducir las emisiones de Gases de Efecto Invernadero del sector de residuos y generar fuentes de  energía sostenible.

Combatir el cambio climático es una prioridad mundial urgente que requiere el esfuerzo y  compromiso de todos. Fruto del Acuerdo de Cooperación Ambiental entre Chile y Canadá,  el Programa Reciclo Orgánicos, está impulsando el reciclaje de residuos orgánicos por medio  de la implementación de plantas de compostaje, biodigestores anaeróbicos y la captura de  gas desde rellenos sanitarios.

Y es que cuando los residuos orgánicos, como restos de frutas o verduras, terminan en  rellenos sanitarios, naturalmente comienzan a descomponerse producto de la acción de  bacterias y en condiciones sin oxígeno, generan Gases de Efecto Invernadero (GEI),  particularmente metano, altamente contaminantes para el medio ambiente.

En Chile, más de la mitad de la basura generada a nivel domiciliario corresponde a restos  de comida, cáscaras de frutas, tallos de verduras, hojas de té y borra de café, entre otros.  Por eso, al gestionar de forma correcta y sustentable los residuos orgánicos, se contribuye  a la reducción de las emisiones de GEI, mitigando así el Cambio Climático.

Unas de las técnicas más conocidas para ello, son el compostaje y vermicompostaje, sin  embargo, poco se conoce sobre la biodigestión o digestión anaeróbica, un proceso biológico  que consiste en la degradación de materia orgánica en ambientes anaeróbicos, es decir, sin  presencia de oxígeno, para transformarla en biogás y un biofertilizante llamado digestato.

“El biogás generado posee un alto poder calorífico y puede utilizarse como fuente de  producción de energía eléctrica o térmica, mientras que el digestato puede ocuparse como  fertilizante de alta calidad o mejorador de suelos. Los principales componentes del biogás  son metano (CH4) y dióxido de carbono (CO2), con presencia menor de otros gases como  nitrógeno, oxígeno, ácido sulfhídrico y otros. Mientras mayor sea la proporción de metano,  mayor será el poder calorífico o el potencial energético del biogás”, explicó el Coordinador  General del Programa Reciclo Orgánicos, Gerardo Canales.

El proceso de digestión anaeróbica de residuos orgánicos generalmente ocurre al interior  de un reactor o biodigestor en donde la degradación de la materia orgánica y la producción

de biogás están en función de los insumos, la temperatura, la velocidad de carga orgánica y  el tiempo de retención hidráulica del residuo orgánico en el digestor, entre otras  condiciones.

Usos y beneficios

Según un estudio publicado por el Instituto del Agua, el Medio Ambiente y la Salud de la  Universidad de Naciones Unidas (UNU-INWEH), una institución vinculada a la ONU con sede  en Hamilton- Canadá, detalla que el biogás como producto de la descomposición de la  materia orgánica tiene el potencial de generar la electricidad necesaria para abastecer las  necesidades básicas de 138 millones de hogares.

Dependiendo de las condiciones climáticas y las necesidades del usuario, el biogás puede  utilizarse para cocción de alimentos, combustible de motores, refrigeración, calefacción,  generación de calor o generación eléctrica. “En comparación con el Gas Licuado de Petróleo  (GLP) doméstico, un balón de gas de 10 kg equivale a 20 m3 de biogás, debido a que el GLP  posee un poder calorífico de 11.739 (kcal/kg), mientras que el del biogás es de 6 000  (kcal/m3)”, precisó Canales.

Otras de las ventajas de la biodigestión es que puede aplicarse a las fracciones orgánicas de  los residuos sólidos municipales, residuos silvoagropecuarios y residuos orgánicos de  procesos industriales como, por ejemplo, residuos de la industria agroalimentaria, lodos de  plantas de tratamiento de aguas servidas, entre otras posibles fuentes de suministro.

“Nuestra planta de biogás ubicada en la comuna de Molina recibe 36.000 ton/año de  residuos agroindustriales provenientes de varias regiones del país. Por medio de la digestión  anaeróbica se logra transformar los residuos orgánicos en biogás y bioabono. El biogás  contiene un porcentaje variable de metano, el cual es el componente energético y es  utilizado para reemplazar otras fuentes de energía fósiles, principalmente por medio del  uso de motores de cogeneración, pero también puede ser utilizado en forma directa en  calderas o ser transformado a biometano en reemplazo del gas natural reduciendo  aproximadamente 620.000 tCO2e/año. El digestato o bioabono generado es utilizado para  el mejoramiento de suelos y el reemplazo de fertilizantes sintéticos, permitiendo cerrar los  ciclos de los nutrientes, todo esto hace de nuestra planta un aporte a la economía circular”,  afirmó Matías Errázuriz, Gerente General de G4/BioE.

En cuanto a su aplicación a nivel domiciliario, es posible construir un biodigestor casero, sin  embargo, lo recomendable es acompañar el proceso con un experto en el tema.

Biogás en Chile y el mundo

Según un estudio de la Organización de Naciones Unidas (ONU), para el año 2025 se habrán  construido más de 100.000 plantas de biogás en todo el mundo. Y Chile no es la excepción, sobre todo porque el gobierno ha fijado como objetivo lograr la meta de carbono  neutralidad a 2050 y este tipo de iniciativas contribuirán a conseguirla.

El Programa Reciclo Orgánicos, espera aportar a las metas de reducción de emisiones del sector de residuos de Chile y posicionar proyectos de biodigestión como alternativas viables en la producción  de energía limpia. Como por ejemplo, la realización del proyecto “Molina Vive Verde”,  que busca valorizar los residuos orgánicos generados en domicilios y en establecimientos  educacionales del sector a través de la biodigestión; implementando un sistema de  separación en origen y recolección puerta a puerta.

Además, Reciclo Orgánicos está colaborando con la empresa Ecoprial en la implementación  de una planta de recepción y procesamiento de residuos orgánicos industriales, que hasta  ahora están dispuestos en un relleno sanitario, a través de un sistema de digestores  anaerobios de flujo continuo, para la obtención de biogás. El biogás se utilizará como  combustible para un generador que inyectará electricidad a la red como PMGD.

Este proyecto espera tratar, en promedio durante el período 2020 – 2040, 73.000 toneladas  por año de residuos orgánicos, permitiendo reducir las emisiones de gases de efecto  invernadero en 963.869 (ton CO2-eq).

En cuanto a los desafíos para la ejecución de proyectos similares, se pueden mencionar la  falta de criterios de evaluación homogéneos respecto del uso del digestato a nivel nacional.  Además, es necesario avanzar hacia una mayor conciencia y comprensión por parte de los  generadores de residuos orgánicos industriales en relación a los beneficios ambientales y  económicos que ofrecen este tipo de tecnologías respecto de las prácticas actuales.

Con el objetivo de apoyar a las empresas en la implementación de sistemas de energías  renovables para su autoconsumo, el Ministerio de Energía y Unión Europea lanzaron a finales  de marzo el concurso ‘Ponle Energía a tu Empresa’ (ponleenergia.cl) al que se puede  postular hasta el 24 de mayo.

La iniciativa busca acelerar la carbono neutralidad en Chile y entrega un cofinanciamiento  de hasta $60.000.000 para implementar proyectos de autoconsumo a través de energías  renovables. Está dirigido a la micro, pequeña, mediana y grandes empresas.

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